Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Cada gesto suyo era pura maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas https://pennyeski024689.thechapblog.com/37474522/por-qué-el-cabezazo-de-zidane-sigue-siendo-noticia